domingo, 2 de marzo de 2014

Capitulo 13:


....
Avanzaba rápidamente entre los árboles. Los gritos se escuchaban cada vez más y más cerca. Lo sabía, estaba muy cerca de ella:

(amy)- Evaa!!!- grité mientras corría hacia ella -Quién te ha echo eso?!?
(eva)- Ahora no es momento para esto. Vine a decirte.... porque estoy aquí....- contestó casi en un susurro
(amy)- Pero..
(eva)- Pero nada!! Déjame explicarte todo y luego..... ya hablarás- asentí con la cabeza -Aquella vez, cuando te encontré en los baños.... vine para poder... entregarte el collar.... Ese collar, será la respuesta de.... tu pregunta....
(amy)- Pero, que quieres decir con eso?!
(eva)- Ve allí, donde nuestra casa..... en ese lugar descubrirás un secreto.... que mamá.... nunca te pudo revelar......
(amy)- Que.....??
....

Me desperté de golpe. ¿Qué había sido eso? ¿Qué quiso decir Eva con su última frase? No podía entender nada...
Me levanté con cuidado de la cama y me fui al baño. Me lavé la cara y me arreglé un poco el pelo. Después, bajé a la cocina para desayunar algo.
Cogí una hoja y un bolígrafo. Les dejé una nota a mis hermanos que decía que no iba a regresar a casa hasta muy tarde. Una vez dejada sobre la mesa del salón, salí de casa. Cogí el coche y me puse en marcha.
El camino duraba como 20 minutos. Así tendría tiempo de analizar un poco las cosas.
Eva, dijo que el collar era la respuesta a mi pregunta. Pero ¿qué pregunta? Eso era lo que no podía entender. En fin, seguí avanzando por la carretera hasta llegar a un camino de piedras. En ese momento, paré el coche y bajé. Recordé que mis padres nunca ivan con el coche por este camino, ya que, podría dañar el coche.
Cada vez que avanzaba, los recuerdos de mi niñez venían a mi. Aquellos recuerdos eran inigualables.
Una vez enfrente de la casa, me aseguré de que no había nadie a mi alrededor. Entonces, acerqué mi mano al plomo. Lo giré lentamente hasta que se escuchó un ¡clack! y la puerta se abrió



Cuando entré en el interior del edificio. Todo estaba igual que cuando lo dejamos el día en el que nos marchamos. La verdad, ni recuerdo porque nos fuimos.
Seguí avanzando poco a poco mientras miraba todo con mucha atención. Por sí encontraba algo que me diera una pista de lo que estaba buscando.
Pasaron como 2 horas y aun no había encontrado nada. Estaba a punto de darme por vencida, cuando recordé algo que seguro me ayudaría: la casa del árbol.
Allí es donde Eva y ya pasábamos la mayor parte del día. Nuestros padres no sabía de ese sitio. Por lo tanto, la información que busco, tal vez, esté allí. Sin pensármelo 2 veces, salí corriendo de la casa hacía el bosque.
Una vez que estaba dentro de la casa. Empecé a buscar por todos lados: por la estantería, entre los libros, debajo del sofá.... Ya no sabía ni donde mirar. Me senté un rato para tranquilizarme y analizar todo con mucho cuidado. Busqué con la vista algo que me pareciera sospechoso. Todo parecía normal, menos algo que me atrajo mucho la atención.
Era un papel que sobresalía por debajo del marco de una foto que colgaba de la pared. Lo cogí y me volví a sentar. Lo abrí y entonces miré lo que tenía en su interior. Parecía un mapa del tesoro o algo así.



Era como un juego de niños pequeños, un juego que no conseguía entender. Estuve varios minutos mirando el mapa. Por más que lo intentaba, no conseguía comprenderlo. De algo si estaba segura, era un mapa basado en este territorio. En ese momento, un recuerdo vino a mí:

(eva)- Vamos, Amy!!
(amy)- Ya voy!!
Seguimos caminando hasta encontrar el lugar.
(eva)- Es aquí!!! Este es el lugar.
(amy)- Alaaa!!! Que chulo
(eva)- Amy, quiero que me prometas algo
(amy)- Dime
(eva)- Aquí escondí algo que seguramente te ayudará cuando yo no esté. Asi que, recuerda bien el lugar
(amy)- Por qué dices eso Eva??
(eva)- Ya me entenderás. Ahora regresemos

Ahora ya lo entendía. Esa vez, cuando ella me dijo eso, era por este momento. Cogí el mapa y salí corriendo al lugar. Una vez allí, ubiqué más o menos donde se podría encontrar "el tesoro". No sé de donde, pero había una pala cerca. La tomé y empecé a cavar hasta encontrar el cofre.

Cuando lo cogí, lo limpié y lo abrí. Dentro, había una pequeña caja. La abrí y allí estaba. Lo pude reconocer de inmediato. Era el collar de Eva!!!

Recordaba que Eva siempre tenía un papelito guardado dentro del corazón y nunca me dejaba cogerlo. Pero, esta vez, tenía la oportunidad de saber que es lo que me ocultó durante todo este tiempo.
Lo cogí entre mis manos y lo abrí. Allí estaba. El mismo papelito de color rosa. Lo abrí y leí su contenido:

Tal vez, nunca llegues a leer esto. Pero, quiero que sepas que te quiero Amy. La razón por la que ya no estoy con vosotros es porque tenía cáncer desde que nací. Pero ese tiempo que pasé con vosotros, fue genial. Pero bueno, lo importante de esto es que, Amy, el secreto que mamá nunca te quiso contar, es que yo tenía un poder algo especial. Podía comunicarme con los muertos. Por eso mamá también decidió que sería mejor que te alejaras de mi. Ya que podía hacerte daño. Pero, una vez que sepas el secreto, serás libre de hablar conmigo donde y cuando tu quieras. Ya que, tu también tienes el mismo poder que yo.

No sabía que decir. Todo mi cuerpo estaba temblando. ¿Cómo es que había pasado esto? ¿Por qué tenía este poder? ¿Quién era el responsable de que esto me pasara a mí? Montones y montones de preguntas venían ami cabeza. Pero ninguna maldita respuesta.

Me levanté como pude, guardé el papelito en el collar y me lo puse. Aun no quería regresar a casa. Así que, me fui en la biblioteca de mi antigua casa. Ese lugar siempre me hacía sentir segura y tranquila. 
Cuando llegué allí, encontré otro papel en la mesa. Me quedé horrorizada al verlo. Ponía "La hora ha llegado" y estaba escrito en sangre. Lo malo, era que la sangre aun era fresca. 
Sabía muy bien lo que quería decir con esa frase. Eva siempre me lo repetía. Era el momento de sacar aquel libro, El Libro Prohibido



Una vez que lo saqué de la estantería, lo dejé sobre la mesa. Bajé todas las persianas y cerré la puerta, dejando la habitación a oscuras. Luego, en el suelo, dibujé la estrella con sangre y puse 5 velas, cada una en una punta. Luego, me senté en el suelo y abrí el libro por la página adecuada. 
Ya era la hora de hacer el ritual. Eso consistía en decir las palabras "mágicas" para poder comunicarte con las personas del más allá. En cuanto acabé, pude hablar con Eva:

(eva)- Amy....
(amy)- Eva.... cuanto tiempo
(eva)- Ya ves.... Qué tal tus hermanos??
(amy)- Será "nuestro" hermanos
(eva)- Amy, tu ya sabes que yo pertenezco a un lugar muy distinto al tuyo.
(amy)- Ya, bueno.....
(eva)- Tengo que decirte algo....
(amy)- Que... qué pasa??- pregunté algo asustada al ver su cara
(eva)- .....verás..... Esto, es un tema muy delicado.
(amy)- Ya veo...
(eva)- Es sobre lo que esta pasando, con tus poderes y todo eso. Lo que nosotras tenemos, se llama "praeter somnia " en latín. En castellano sería algo como "más allá de los sueños". Eso quiere decir que, nos podremos comunicar por los sueño pero también con el ritual.
(amy)- Entiendo. Pero hay algo que aun no me ha quedado muy claro. ¿Cómo es qué pudiste darme el collar y aparecer así porque sí?
(eva)- Al llevar tanto tiempo en este mundo, aprendí muchas formas de poder comunicarme con los vivientes y también de darles cosas, por así decirlo
(amy)- Pero, tu eres como un espíritu cierto?
(eva)- Si
(amy)- Entonces??
(eva)- En ese caso, pude reencarnarme en el cuerpo de otra persona pero con mi misma forma. 
(amy)- Aaaa vale. Ahora todo tiene sentido. 
(eva)- Por las caras me he has estado mostrando esto te parece un sueño verdad??
(amy)- Para que negartelo. Eres mi hermanita y me conoces demasiado bien.
(eva)- Ya es tiempo de irte, en la Tierra es muy tarde
(amy)- Qué dices?? Si solo llevamos hablando un par de minutos
(eva)- Eso es lo que pasa en mi mundo. Pero en el tuyo no. Cada minuto que pasa aquí, es como una hora en la Tierra.
(amy)- Madre mía!!- dije con la boca abierta por la sorpresa
(eva)- Bueno, cuando tengas tiempo, ya hablaremos. Adiós Amy
(amy)- Adiós Eva....

En cuanto cerré el libro, ordené todo de nuevo y bajé al coche. Pero antes, guardé el libro en la mochila. 
Ya eran las 11 de la noche. Me tenía que ir cuanto entes o mis hermanos se preocuparían por mí.
En lo único que pensaba por el camino, era llegar a casa, ducharme y dormir un buen rato....

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